Ruesta

Ruesta: proyecto social y cultural de la Confederación General del Trabajo
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Ruesta se encuentra en la provincia de Zaragoza, a caballo de las comarcas de las Cinco Villas y la Jacetania, corredor natural por el que discurre el río Aragón y el Camino de Santiago en la variante llamada camino francés.

En 1962, el Camino de Santiago se declara Conjunto Histórico Artístico, incluyendo «los lugares, edificios y parajes conocidos, como los que se determinasen en el futuro». En diciembre de 1993, la UNESCO inscribe el Camino de Santiago en la lista de Bienes Culturales de Interés Mundial y por tanto, Patrimonio de la Humanidad.

Esta inscripción conlleva la protección del propio camino físico, además de los elementos considerados Bienes de Interés Cultural, como las aldeas, villas y ciudades por las que atraviesa, y del paisaje.

La historia reciente de Ruesta está unida a la construcción del embalse de Yesa y la posterior inundación de la mayor parte de los terrenos de huerta, que supuso también el desmantelamiento de la red urbana y el despoblamiento masivo. Desaparecieron Ruesta en 1965 (368 habitantes), Esco en 1966 (253 habitantes) y Tiermas en 1962 (756 habitantes). La red viaria fue modificada, y se materializó la ruptura de la posibilidad de una gestión integrada del territorio, con unas unidades ambientales y agrícolas variadas y complementarias; los cultivos de huerta en el fondo del valle eran claves para este equilibrio.

Veinte años después de la desaparición del término municipal de Ruesta, se inicia una política de cesión de pueblos abandonados a distintas organizaciones sindicales, con el fin de llevar a cabo una actividad social, a la vez que se trabajara en la rehabilitación de los núcleos urbanos abandonados. En este contexto, en 1988 la Confederación Hidrográfica del Ebro cedió el pueblo y parte del término de Ruesta a CGT.

En un primer momento, se planteó la rehabilitación como un proyecto a largo plazo, ya que la inversión necesaria suponía un esfuerzo económico imposible para un sindicato de nuestras posibilidades. De este modo se empezó por habilitar un Camping como lugar de asentamiento base. En esta época se promovieron ayudas económicas desde distintas instituciones para recuperar el Camino de Santiago y los núcleos por los que pasa. Por otra parte se estableció una estrategia de bonos de apoyo y colaboraciones económicas de los sindicatos de CGT para abordar en mejores condiciones el proyecto de rehabilitación.

Así se facilitó la ejecución de los proyectos de construcción del albergue en Casa Valentín en 1993 y Casa Alifonso en 1996. Actualmente, los servicios hosteleros están gestionados por un germen de cooperativa.

Escuela Libertaria de verano en Ruesta 2020 - CGT - Confederal

En el año 2000 se terminó la Casa de Cultura Ramón Acín, donde desde entonces se celebran conferencias, reuniones, encuentros y jornadas de contenido social y sindical, además de cursos y talleres de diversa índole relacionados también con el arte y la naturaleza.

El permanente intento del sindicato en Ruesta, bien podría definirse como la intención de construir un espacio social creativo, autorregulado y sostenible, de intercambio cultural y de turismo en la naturaleza, donde distinguir valores de corte humanista, todos sintetizables en la idea de lo libertario.

Actualmente, inspirados en los Acuerdos Confederales sobre ecología y economía social, y paralelamente a la labor de revitalización del pueblo, estamos intentando integrar una nueva dimensión que nos relacione con el concepto de ecoaldea, que sirve de modelo para el logro de una economía basada en la producción y consumo de energía sostenible, integrada en el entorno natural, con proyectos de vida que se asienten en Ruesta de un modo permanente y que tengan o prevean adquirir capacidades para poder vivir con los recursos del campo, con la artesanía o con la hostelería.

Ruesta debe ser un ejemplo de metamorfosis, donde confluyan aspectos socio-humanísticos y eco-técnicos con el objetivo de revitalizar el núcleo abandonado, transformándose en una eco-aldea socio-cultural.

Para ello será también necesaria la aplicación generosa de recursos humanos que CGT atesora entre la diversa y creciente masa de su afiliación, presentando proyectos, también de ejecución; participando y facilitando los trabajos de las Juntas de Ruesta, enriqueciendo y redirigiendo la tarea.

Ruesta es un proyecto de toda la organización, toda ella debe participar e implicarse. Nos resta traducir procedimientos de la acción sindical a la acción social, marco en el que se desarrolla el proyecto: sumar personas y capacidades. Y sobre todo nos queda contribuir recuperando y difundiendo la inmensa cultura heredada, aunque todavía en parte velada, de la riquísima tradición libertaria.